> Entrevista al elenco de la obra “Solíamos mirarnos a los ojos”

Entrevista al elenco de la obra “Solíamos mirarnos a los ojos”

Entro al teatro de la Sala Tovar mientras uno de los actores prueba los micrófonos, luego de percatarse que los observo me saludan y se sientan en el filo del escenario (Jean Carlos López, Camila Palao, Sebastián Bellina, Valeria Conroy y Flavia Santillán) no nos hemos visto antes ni por casualidad. Escucho una voz que me dice: ¡qué buen polo de Junji Ito!, yo me sorprendo, porque no sabía ni lo que me había puesto, estaba pensando más en el insoportable dolor de garganta. La grabadora está funcionando muchos minutos antes de que comience esta conversación.

¿Cómo nace la idea de crear esta historia?

Sebastián Bellina (director y dramaturgo):   La obra trata sobre el vínculo entre abuelos y abuelas con nietos y nietas, es como la relación base, a partir de esta relación vamos sacando distintos tópicos sobre la mesa. Hablamos también sobre los “no vínculos emocionales”. Hablamos sobre la pandemia, del proceso de vacunación, del sistema de salud público. Además, de la pérdida del rito fúnebre por la pandemia. Todo este bloque de temas que van disparando la obra es posible porque nos centramos en algo muy concreto: es siempre la relación con nuestros abuelos. Digamos que es un homenaje, pero bastante crítico, mostrando a estas personas con sus altas y sus bajas.

El libreto se comenzó a construir porque anteriormente yo había hecho una obra llamada “Viaje a la intimidad” y ahí las relaciones con los abuelos estaban presentes, pero no eran el centro y quería una obra en la que los abuelos sean el centro y ahí fue cuando comencé a llamar a cada uno.

¿Cuál es el criterio para la elección de los actores en esta obra testimonial?

Sebastián Bellina: Algunos estaban más claros que otros, Valeria fue la primera, porque sentía que, si mi historia era muy romantizada, la de Valeria no, su historia a diferencia de la mía generaba conflicto para la obra. El segundo que tenía clarísimo es Jean Carlos, pero era el que menos conocía, sabía que su abuelo había fallecido en pandemia y de hecho ahí había una historia que contar, pero como era un tema muy sensible de tocar, si bien fue el segundo en el que pensé fue el último que llamé, claro, con mucho respeto y mucho miedo que me dijera que no. Luego llamé a Camila que tenía una historia bastante interesante con sus abuelos, con Flavia pasó algo curioso, primero pensé que sería la asistente de dirección, luego pensé que podría ser actriz, no sabía cuál era su lugar, pero quería tener a Flavia en la obra. Y algo que a mí me da mucho miedo es comenzar el proceso y darme cuenta de que una de las historias no encaja.

Fue así que les leí un texto de una directora que tuvo que perder a dos actores en su obra porque no encajaban y les dije que algo así podía pasar, le pregunté si aun así querían seguir y aceptaron.

 

Entrando un poco en la temática de la obra ¿Qué piensan que es peor llegar a viejo solo o comenzar a olvidar?

Flavia Santillán: Llegar a viejo solo. Yo he cuidado ancianos por un breve tiempo en Estados Unidos y ahí la relación que tienen entre abuelos y nietos es muy distinta a la que tenemos acá. Es muy triste ver a estos ancianos extremadamente tristes porque no los visitan o porque los ven una vez al mes con mucho desdén. Por otra parte, he visto también a abuelos que tienen Alzheimer, creo que para estar personas que son dejadas de lado es como estar en otro mundo, es casi un refugio para quienes están olvidados por sus familias.

Jean Carlos López: Es una buena pregunta, pero yo no creo que ninguna sea mejor que la otra. En mi caso, lo he evidenciado, dos de mis cuatro abuelos con Alzheimer, es como estar muerto en vida. Y llegar solo a esa edad es la otra cara de la moneda, también triste.

Camila Palao: Creo que depende del lugar de dónde se la mire, porque creo que la soledad se experimenta en primera persona, ya sea por pérdida, por falta de recursos o algún otro motivo.  Por otro lado, cuando se atraviesa un proceso de Alzheimer, yo lo he vivido cerca, en uno de los hermanos de mi abuelo. Creo que la primera fase de la enfermedad es muy dura para la persona que la atraviesa, pero cuando la enfermedad va avanzando el dolor colectivo de las personas que están a su alrededor es aún mayor. 

 

Si por generaciones los hijos se han encargado de sus padres ancianos ¿Qué pasa con las personas que no quieren tener hijos, sobre quién recaería esa carga en el futuro?

Valeria Conroy:  No sé si es algo generacional, pero veo que le pasa a gente que conozco y gente que me rodea también, que no nos vemos proyectados a un futuro tan lejano, porque está el calentamiento global, porque el país está en crisis, porque hoy me puedo morir y mañana no tengo idea qué va a pasar. Me sorprende estar viva hoy, no tenía idea que iba a llegar tan lejos. Yo me proyectaba hasta los veintidós, tengo veinticuatro, no sé si voy a llegar a los treinta. No sé si mañana yo vaya a ser víctima de feminicidio. Creo que hemos crecido en un país tan violento y seguimos en ese desarrollo. Y honestamente, hablar de un futuro donde alguien se haga cargo de mí, no lo veo ni siquiera posible.

Camila Palao: Creo que es enteramente un factor social a nivel global, justo yo lo hablaba con mi pareja, claro, como dos mujeres el querer formar una familia es un más un proyecto de vida a largo plazo, es una planificación muy grande. Y algo que hemos discutido muchas veces es que hay una tendencia a la agrupación nuevamente. Es decir, que en unos diez años creo que la figura de la familia donde hay un papá, una mamá y un hijo no va a ser posible sin una red de soporte más amplio.  Me explico mejor, tengo una amiga que tuvo su hija hace un par de años, mi amiga tenía una matrona y a una asesora de lactancia, que es un gran privilegio, pero dentro de las comunidades andinas esto sucede ancestralmente.

En cuanto al tema de carga y dependencia, es algo de lo que nadie puede escapar. Un ejemplo es esta escritora española que me gusta mucho, Nerea Pérez de las Hera, que el verano pasado tuvo un accidente y perdió parte de la pierna, ella hablaba de que antes ella tenía que velar por sus madres mayores y ahora ella es la que se ve en esa situación de depender de alguien más

Sebastián Bellina: Es curioso, pero hablamos de vejez y somos cinco jóvenes. Yo me vi como abuelo incluso antes que padre ¿por qué? No sé, quizá porque tengo un mejor vínculo con mis abuelos, aunque con mis padres también lo tengo. Qué difícil es pensar que alguien se tiene que hacer cargo de ti.  Me has hecho pensar en algo, cuando mi bisabuela

Comenzó a estar mal yo me di cuenta de que con mi salario de actor no podía hacer nada. Podía hacerle una obra, puedo escribirle y les leía a poetas como Sylvia Plath, pero eso no la curaba, eso no aliviaba su dolor, no le daba una cama médica, otros miembros de las familias con otras profesiones eran quienes se hacían cargo de los gastos, cosas que son caras. Ahí caí en cuenta que soy hijo único y me dijo ¿cómo me voy a hacer cargo de mis papás?, lo tuve que conversar con ellos, fue muy fuerte.  Recién he llegado a ese punto y ahora tú me dices ¿quién se hará cargo de ti? Me ha shockeado un poco.

Jean Carlos López: En mi caso, desde muy pequeño yo sabía que quería tener familia. Es más, cuando conocí a mi novia compartimos este tema sobre los hijos… yo siempre he querido tener cuatro hijos. Yo si me veo como ese papá que juega con ellos en el parque, a pesar de esto no lo tengo como un proyecto tan cercano.

Por otro lado, si vamos por el concepto de carga, que es una palabra fuerte, pero al final es eso. A ver, nosotros somos tres hermanos y mi hermana es la única que no tiene pareja, ella tiene cáncer de útero, mis padres velan por ella. Al conversar con mis padres les he dicho: “Papá, tú no vas a estar toda la vida” “Mamá, tú no vas a estar toda la vida”. Espero haber respondido tu pregunta.


Hablemos de la muerte ¿cómo reaccionan o qué dicen cuando alguien les expresa sus ganas de morir? ¿Y si esta persona es un adulto mayor?

Sebastián Bellina: Yo siempre he tenido una imagen muy linda cuando mi bisabuela estaba mal, una imagen poética que me gustaría hacer realidad, pero no se podía. Esa idea de abrazarnos y ambos sumergirnos. En teoría yo soy más joven y mis pulmones iban a resistir más y cuando saliera ella ya no iba a estar. Es una imagen que siempre la he compartido, me parece una imagen justa. Yo sé que mi bisabuela estaba mal y les pidió a algunos familiares que, por favor, acabaran con su vida. A mí no me lo pidió, pero en ese momento, en verdad me parecía lo más sano. Siempre que me hacen esa pregunta, respondo con la imagen de los dos sumergiéndonos, que no soluciona nada, pero me sostiene a mí (se pasa la mano para limpiarse las lágrimas).

Jean Carlos López: Cuando murieron mis abuelos murieron luego de estar utilizando oxígeno para respirar, luego de estar sufriendo, yo se lo comentaba a mi hermana, de alguna manera me siento bien porque ya no están sufriendo. Cuando nos enteramos lo de mi hermana (cáncer) en el Hospital Hipólito Unanue y en mi mente pensaba si en este momento nos dijeran que le podían inyectar algo y que su vida quede ahí para que ya no sufriera y por ende mis padres ya no sufrieran, justo ahí viene esa responsabilidad de carga. Sin embargo, con el tiempo cuando mi hermana se iba rehabilitando me dije: qué cobarde fuiste. Para mi papá era impensado abandonar a su hija.

Camila Palao: Yo tengo una relación bastante desproblematizada con la muerte. Mi bisabuela murió cuando tenía cinco años, fue la primera vez el ritual alrededor de la muerte. Y en mi familia la muerte siempre se ha tratado como un espacio más de la vida. Creo que se necesita mucho coraje para vivir, pero creo que se necesita el mismo coraje para entregarse al vacío.

Flavia Santillán: Yo comprendo a la muerte como una forma misericordiosa. Cuando me han dicho que se quieren morir les he dado un abanico de posibilidades, intento ver qué está pasando, si puedo apoyar o no. Y si sucede con alguien mayor, creo que también es su decisión.

 

Para relajarnos después de tantas preguntas tensas ¿Por qué tienen que venir a ver la obra?

Sebastián Bellina: (ríe) Pero es paja, porque usualmente son los tópicos que nosotros le lanzamos al público y ellos se hacen cargo. De pronto llega alguien que no nos hace pensar en el libreto que hemos aprendido sino desde otras áreas, donde no solo se ve los vínculos con los abuelos sino el tema de fondo es bien curioso, porque es la primera vez que nos pasa eso en una entrevista y se agradece.

¿Por qué tienen que venir a verla? Porque van a abrazar sus corazones.

Gracias por su tiempo.